jueves, 4 de febrero de 2016

‘EL ARTE DE LA PRÁCTICA EN CALMA‘

 ‘ El dolor es inevitable,
el sufrimiento es opcional…‘
Buda

“…después que el viento deja de soplar, veo una flor que cae. Por el pájaro que canta percibo la calma de la montaña”   así dice un poema Zen, y es que hasta que algo no viene a perturbarnos, no percibimos la calma...

Cuando se percibe una amenaza, un elemento ‘hostil’, nada en nuestra forma debería variar. Cuando algo intenta invadir nuestro ‘ser’ o ‘estar’ o, en términos más marciales, nuestro centro, simplemente deberíamos observar que ‘forma’ adquiere para que su ‘ataque’, sea como fuere éste, no encuentre más resistencia que el vacío.

En términos AIKI lo comparo con no ‘malgastar el KI’, no desaprovechar nuestra energía proyectándola hacia el Uke, hacia lo que sería el ‘elemento hostil’. Estoy casi totalmente convencido que nuestra energía, nuestro KI, siempre se debe mantener unido a nuestro centro de la misma manera que la proyección de éste debe estar dirigida hacia él.
Conservando esta unión y relación [Hara-no-Ki], todo ‘ataque’ no encontrará más que vacío en el momento de máxima intensidad.

En el entorno AIKI se pueden hacer uso de ciertas ‘herramientas’, a través del estudio, del contacto, de la escucha que desarrolla miles de sensaciones para poner en práctica esta ‘Calma’; esa calma que podemos llegar a ‘arañar’ en los mejores casos, nos debería alentar en la vida cotidiana. Así pues, es como uno halla el valor que tiene el AIKI en la vida y no solo cuando lo practica dentro de un Dojo…

De la misma forma, cuando practicamos Aiki, no debemos de tratar de alcanzar nada, sino precisamente mantener este estado, el de la calma, ante todo tipo de situaciones.
En nuestro dia a dia, generalmente estamos siempre intentando ‘hacer algo’, intentando transformar las cosa, o intentando alcanzar un objetivo. Debemos determinar el significado de nuestro esfuerzo antes de lograrlo.

Dogen decía: “Debemos lograr la iluminación antes de lograr la iluminación”. La intención de hacer algo es de por sí la iluminación. Cuando sufrimos una dificultad, una desgracia, allí tenemos iluminación. Cuando estamos rodeados de una situación hostil, debemos tener serenidad. 



Qué es más importante: alcanzar la iluminación o alcanzar la iluminación antes de alcanzar la iluminación? Tener éxito o encontrar algún sentido en el esfuerzo por lograr ese ‘éxito’? Ganar un millón de Euros o disfrutar la vida en su transcurso aunque nunca se llegue a ganar ese millón de euros…?

Continuando la práctica con esta clase de comprensión, uno puede ‘mejorarse’ a sí mismo y ‘contagiar’ a su entorno de este espíritu, lo que muy posiblemente  acabará generando bien hacia terceras personas y éstas a la vez en su círculo más próximo… Y así sucesivamente…

Por otra parte y haciendo mención a las herramientas que tenemos para desarrollar este tipo de práctica, sobre todo teniendo muy en cuenta que estamos en un entorno marcial cuyo propósito, si es que tiene alguno concreto, podría ser el de contagiar la Paz hacia terceras personas a través de hechos y experiencia y no solamente ‘filosofía’,  es muy importante que centremos esfuerzos en intentar hacer de forma ‘correcta’ las cosas. No estoy hablando de ‘formas’, estoy hablando de sensaciones.

Un aspecto por ejemplo más tangible sería la forma del ‘ataque’ del elemento hostil. Pero, qué quiere decir esto…? Las posibles amenazas u ofensas que se generan en la propia vida cotidiana, son muy reales; los ‘ataques mundanos’ están llenos de mucha determinación; por ello debemos intentar ‘emular’ la situación desde un ataque bien ejecutado, exento de armonía o similares; por ello somos Artistas Marciales o por lo menos así muchos nos definen, por tener la capacidad de ‘armonizar’ lo no ‘armonioso’, en eso reside el ‘Arte’…

Para nosotros el ‘ataque’ en el Aiki es una representación ‘simbólica’ pero muy real del golpe que podemos recibir y de la mala gestión que se puede desarrollar en la resolución de la respuesta si ésta no surge desde la calma…

Nuestro esfuerzo por mejorar, por comprender esta situación, se debería centrar en poner el máximo de atención a todos estos pequeños detalles… 

estos detalles son los que marcarán la diferencia como artistas marciales…

estos detalles son los que marcará nuestro convencimiento absoluto en que a partir de un ataque firme y determinante y una contestación suave, con escucha y calma, será eludido de la mejor forma… 

estos detalles son los que podrán contagiar a terceras personas de lo poco útil que es la violencia…

estos detalles son los que marcarán la diferencia en todo...
                 
Joan Rubio Mulero
MUSUBIKAI AIKIDO MONTSENY