‘ El dolor es
inevitable,
el sufrimiento es opcional…‘
Buda
“…después que el viento deja de soplar, veo una flor que
cae. Por el pájaro que canta percibo la calma de la montaña” así dice un poema Zen, y es que hasta que algo no
viene a perturbarnos, no percibimos la calma...
Cuando se percibe una amenaza, un elemento ‘hostil’, nada
en nuestra forma debería variar. Cuando algo intenta invadir nuestro ‘ser’ o
‘estar’ o, en términos más marciales, nuestro centro, simplemente deberíamos
observar que ‘forma’ adquiere para que su ‘ataque’, sea como fuere éste, no
encuentre más resistencia que el vacío.
En términos AIKI lo comparo con no ‘malgastar el KI’, no
desaprovechar nuestra energía proyectándola hacia el Uke, hacia lo que sería el ‘elemento hostil’. Estoy casi totalmente
convencido que nuestra energía, nuestro KI, siempre se debe mantener unido a
nuestro centro de la misma manera que la proyección de éste debe estar dirigida
hacia él.
Conservando esta unión y relación [Hara-no-Ki], todo
‘ataque’ no encontrará más que vacío en el momento de máxima intensidad.
En el entorno AIKI se pueden hacer uso de ciertas
‘herramientas’, a través del estudio, del contacto, de la escucha que
desarrolla miles de sensaciones para poner en práctica esta ‘Calma’; esa calma
que podemos llegar a ‘arañar’ en los mejores casos, nos debería alentar en la
vida cotidiana. Así pues, es como uno halla el valor que tiene el AIKI en la
vida y no solo cuando lo practica dentro de un Dojo…
De la misma forma, cuando practicamos Aiki, no debemos de
tratar de alcanzar nada, sino precisamente mantener este estado, el de la
calma, ante todo tipo de situaciones.
En nuestro dia a dia, generalmente estamos siempre
intentando ‘hacer algo’, intentando transformar las cosa, o intentando alcanzar
un objetivo. Debemos determinar el significado de nuestro esfuerzo antes de
lograrlo.
Dogen
decía: “Debemos
lograr la iluminación antes de lograr la iluminación”. La intención de
hacer algo es de por sí la iluminación. Cuando sufrimos una dificultad, una
desgracia, allí tenemos iluminación. Cuando estamos rodeados de una situación
hostil, debemos tener serenidad.
Qué es más importante: alcanzar la iluminación
o alcanzar la iluminación antes de alcanzar la iluminación? Tener éxito o
encontrar algún sentido en el esfuerzo por lograr ese ‘éxito’? Ganar un millón
de Euros o disfrutar la vida en su transcurso aunque nunca se llegue a ganar
ese millón de euros…?
Continuando la práctica con esta clase de comprensión,
uno puede ‘mejorarse’ a sí mismo y ‘contagiar’ a su entorno de este espíritu,
lo que muy posiblemente acabará
generando bien hacia terceras personas y éstas a la vez en su círculo más
próximo… Y así sucesivamente…
Por otra parte y haciendo mención a las herramientas que
tenemos para desarrollar este tipo de práctica, sobre todo teniendo muy en
cuenta que estamos en un entorno marcial cuyo propósito, si es que tiene alguno
concreto, podría ser el de contagiar la Paz hacia terceras personas a través de
hechos y experiencia y no solamente ‘filosofía’, es muy importante que centremos esfuerzos en
intentar hacer de forma ‘correcta’ las cosas. No estoy hablando de ‘formas’,
estoy hablando de sensaciones.
Un aspecto por ejemplo más tangible sería la forma del
‘ataque’ del elemento hostil. Pero, qué quiere decir esto…? Las posibles amenazas
u ofensas que se generan en la propia vida cotidiana, son muy reales; los
‘ataques mundanos’ están llenos de mucha determinación; por ello debemos
intentar ‘emular’ la situación desde un ataque bien ejecutado, exento de
armonía o similares; por ello somos Artistas Marciales o por lo menos así
muchos nos definen, por tener la capacidad de ‘armonizar’ lo no ‘armonioso’, en
eso reside el ‘Arte’…
Para nosotros el ‘ataque’ en el Aiki es una
representación ‘simbólica’ pero muy real del golpe que podemos recibir y de la
mala gestión que se puede desarrollar en la resolución de la respuesta si ésta no
surge desde la calma…
Nuestro esfuerzo por mejorar, por comprender esta
situación, se debería centrar en poner el máximo de atención a todos estos
pequeños detalles…
estos detalles son los que marcarán la diferencia como
artistas marciales…
estos detalles son los que marcará nuestro convencimiento
absoluto en que a partir de un ataque firme y determinante y una contestación
suave, con escucha y calma, será eludido de la mejor forma…
estos detalles son
los que podrán contagiar a terceras personas de lo poco útil que es la
violencia…
estos detalles son los que marcarán la diferencia en todo...
estos detalles son los que marcarán la diferencia en todo...
Joan Rubio Mulero
MUSUBIKAI AIKIDO MONTSENY
Una reflexión muy sabia, mucas gracias por compartirla
ResponderEliminarGracias a ti.
Eliminar