miércoles, 25 de noviembre de 2015

‘EL ARTE DE LA PRÁCTICA CONECTADA‘

‘Mis acciones son mis únicas pertenencias. No puedo escapar de las consecuencias de mis acciones. Mis acciones son el suelo sobre el que mantengo’
Thích Nht Hnh

En todo el tiempo que llevo practicando AIKI, me he encontrado con mucha gente que su objetivo es entrenar para ‘desconectar’…

Al principio lo veía como un motivo más, más adelante no le daba demasiada ‘importancia’ y en la actualidad me he dado cuenta que, aunque puede ser un motivo muy lícito, no lo comparto ya que creo que no es oportuno.

El ritmo de vida que llevamos en la actualidad, genera de forma cada vez más común que vayamos ‘desbordados’ en nuestro día a día. Nos dejamos llevar por la corriente de nuestro entorno, ritmo social, laboral y luchar contra esto no es que sea complicado, sino que creo que es agotador. Muchas veces tenemos la sensación de ser un ‘Don Quijote luchando contra molinos…’

Bajo mi punto de vista y una vez que hemos aceptado la realidad tal como es (o eso aparentemente…) nuestro enfoque debería centrarse en qué es lo que podemos hacer para aceptarla y gestionarla sin que  nos genere esta sensación de ansiedad o similares…

Existen muchas personas que durante un periodo concreto en su vida, normalmente asociado a momentos de stress o vacío interior (muchas veces de forma no consciente) realizan algún tipo de actividad, deporte o similares con el objetivo de ‘desconectar’ de su rutina o, como se dice más comúnmente, ‘realidad diaria’.

Esta iniciativa creo que puede ser beneficiosa ya que en algunas ocasiones ayuda a que esa persona se ‘oxigene’ y pueda cambiar su forma de ver su actual situación o, simplemente, le pueda dar esa fuerza que necesita para afrontar su ‘dura’ realidad en ese momento. Pero nos debemos hacer otra pregunta, ¿qué ocurre cuándo ese ‘vacío interior’ o situación desaparece? En muchas ocasiones la persona acaba por abandonar esa ‘afición’ porque ‘algo’ ya ha ocupado ese vacío y no le es necesaria esa ‘desconexión’ puntual. 

Puede que en los mejores de los casos, si la actividad ha llegado a hacerle sentir bien, prolongue su práctica unos cuantos años más hasta que finalmente no le llegue a aportar ‘aquello que le faltaba’. Centrándome en el Aikido y cómo decía al principio, me he encontrado en bastantes ocasiones con personas en la situación expuesta anteriormente…

No tenemos que olvidar (por lo menos eso es lo que yo siento…) que al practicar Aikido con otra persona, tenemos la gran oportunidad de escucharnos a nosotros mismos a través del individuo que tenemos delante nuestro, pudiendo mejorar muchas veces incluso como ‘persona’. Siempre tenemos la oportunidad de elegir, elegir ser más ‘agresivo’ (incluso hasta llegar hacer daño) o, por lo contrario, comprender la situación y resolverla de la forma más ‘cordial’ eludiendo el conflicto. En ambos casos nosotros podemos tener la opción de pero, de lo que no hay duda es que, para poder llegar a armonizar una situación de conflicto, hay que conectar, conectar con la persona, con la situación y energía de ese momento, con las sensaciones…


Cada vez me resulta más sencillo (y lo digo sin aires altivos por favor…) observar si las personas durante su práctica están conectadas a esa energía o, en el caso más desfavorable, si por lo menos lo intentan. El hecho de ‘conectar’ nos hace comprender mejor la situación de ese momento, el conflicto que se genera, como intentar solventarlo con un mensaje de armonía e incluso erradicar la posible frustración de ‘no conseguir algo’ ya que, en la mayoría de ocasiones como en la vida, cuando se está conectado la resolución será la que deba ser para ese momento concreto…

La frustración de la que hablamos durante la práctica, al igual que en la vida, viene determinada porque queremos imponernos sin tener en cuenta a la otra persona o situación. En mi opinión eso es equivalente a trabajar en desconexión.

Los antiguos guerreros para afrontar sus batallas y/o desafíos,  primero conectaban con ellos mismos, luego con  la situación y finalmente con su enemigo. Ésta era la forma de ‘vencer en su totalidad’ la situación a la que se enfrentaban y es que, al estar conectados, podemos percibir mejor todo lo que sucede a nuestro alrededor.

Con una práctica conectada somos más capaces de empatizar con la situación que se presenta delante nuestro, ya sea en el entorno AIKI o fuera de él, porque al final es lo mismo, es AIKI…    

Para mí el Aikido, en lugar de ser algo que me ayude a desconectar, es más bien todo lo contrario. Me ayuda a CONECTAR MÁS con la vida, con las personas, con las sensaciones y honestamente estoy convencido que era uno de los objetivos básicos del fundador, O’Sensei, llevar el concepto del Aiki y su mensaje más allá de los entornos de práctica, difundir su mensaje de empatía, comprensión, compasión para que cada individuo sea capaz de cambiar su realidad a través de su actitud, de sus pensamientos, de su forma de actuar, y para eso hay que estar muy CONECTADO …
          
Joan Rubio Mulero
MUSUBIKAI AIKIDO BADALONA

miércoles, 30 de septiembre de 2015

‘EL ARTE DE LA QUIETUD EN LA PRÁCTICA‘

‘Todas las formas son impermanentes. El único lugar donde puedes experimentar el flujo de la vida es en el Ahora’
Proverbio Zen

Para poder llegar a expresar lo que quiero compartir con vosotros, me  gustaría que en primer término pudierais visualizar un lago u océano. Imaginemos tanto la superficie como la profundidad más absoluta del mismo. Estos opuestos van a representar nuestros estados mentales y de ser.

La situación externa de nuestra vida, y lo que allí ocurre, es la superficie del océano. A veces está en calma, otras agitada, dependiendo de las estaciones, ciclos, etc... Sin embargo y por el contrario, en lo profundo, el océano se mantiene inalterado. Nosotros somos el océano al completo, no solo la superficie, y tenemos la oportunidad de estar constantemente en contacto con nuestra profundidad, que permanece absolutamente en quietud. No nos resistimos al cambio aferrándonos mentalmente a toda situación.

Nuestra quietud interior no depende o no debe depender de ello. Habitamos en el Ser, inmutable, intemporal, inmortal, y no dependemos del mundo externo, de las formas externamente cambiantes para sentirnos bien, felices y satisfechos. Podemos disfrutar de las formas, jugar con ellas, crear nuevas, apreciar incluso la belleza de las mismas… pero no necesitamos apegarnos a ellas.

Durante la práctica, si me planteo algún objetivo es precisamente este; que el  ruido exterior, que la forma en el movimiento o técnicas e intenciones (buenas o no) del Uke, no perturbe la quietud que reside en lo más profundo de nosotros y  que los efectos ‘superficiales’ no alteren nuestro estado de Ser.  



Para mí lo interesante de la práctica, al igual que en la vida misma, es que nuestra percepción del mundo y del entorno es un reflejo de nuestro estado de conciencia y ésta se refleja tanto en nuestra práctica como en la interacción con las otras personas que forman parte de ella (ukes).

A veces tanto el ‘mundo’ que creamos alrededor de la práctica como el de fuera de ella lo vemos con una mente ‘egoísta’ con lo que es fácil que nos parezca del todo ‘imperfecto’ y proyectemos responsabilidades fuera de nosotros. Pero lo que percibimos es solamente una especie de símbolo, como la imagen de un sueño. Así es como nuestra consciencia en muchas ocasiones, interactúa mentalmente con la energía que tenemos en nuestro alrededor...

El verdadero cambio ocurre dentro, no fuera. En lo profundo de nuestro océano. Con lo que no debemos de perder de vista que aunque nuestros ojos enfocan hacia el exterior, no debemos enfocarnos exclusivamente en lo externo dado que corremos el riesgo de encontrar mayormente frustración e incluso desesperación. Sin un cambio profundo de consciencia, llevamos el riesgo de caer en un ‘pozo sin fondo’…

Estoy convencido de que debemos ser conscientes de que así como no podemos luchar contra la oscuridad, tampoco podemos luchar contra la inconsciencia; si caemos en este error, o por lo menos para mí lo es, los polos opuestos se fortalecerán, y lo que es peor, corremos el riesgo de identificarnos con una polaridad, creándonos un enemigo llamado ‘inconsciencia’ con lo que nos veremos más arrastrados hacia ella…

Cuando nuestra situación en el tatami al igual que en la propia vida nos empieza a resultar insatisfactoria, es el momento de mirar hacia en lo más profundo que reside en nosotros para romper el ‘patrón de resistencia inconsciente’ que mantiene y perpetua esta situación. 

Resistirse, es proyectar la negatividad que llevamos dentro a través del vehículo de la mente; es conectar con la superficie del océano; es observar como todos los ciclos, estaciones, etc… nos afectan e incluso nos hunde. La Resistencia es la Mente.

La rendición entendida como quietud, como pausa, es perfectamente compatible con la acción, con iniciar cambios o alcanzar objetivos: la única diferencia es que en este estado, nuestra acción fluye desde una energía completamente diferente, de hecho se convierte en un tipo de energía que conecta con nuestro Ser y que conecta más profundamente con el Presente, lo que significa que es un regalo.

La No-Resistencia, palabra ‘compuesta’ que estamos más que acostumbrados a escuchar constantemente como parte de la definición del AIKI, realza enormemente la cualidad de nuestra consciencia, de nuestro ser, de nuestro presente, de nuestro tiempo que es el ahora, y no el ayer, mañana, tiempos pasados y/o venideros sino el ahora, y que por lo tanto es la cualidad de lo que estemos realizando o creando en ese momento. El estado de consciencia en este momento preciso, la quietud que albergue en nosotros, la no-resistencia que generemos es el principal determinante del tipo de acción futura que experimentaremos, tanto en la vida como en la reacción de nuestro UKE en términos marciales.

Como punto final, insistiría: empieza por reconocer que hay resistencia. Estemos presente cuando aparezca, observemos el proceso de pensamiento implicado. Sintamos la energía de la emoción, tanto la negativa dirigida desde el Ego como la resistencia. Comprobemos que no tiene ninguna utilidad. Ahora miremos en nuestro interior y apliquemos quietud, la No-resistencia.

Al centrar nuestra atención en ella, la resistencia inconsciente se hará consciente, o por lo menos estaremos en el camino para llegar a tal fin…   
          
Joan Rubio Mulero

MUSUBIKAI AIKIDO BADALONA

viernes, 4 de septiembre de 2015

‘EL ARTE DEL NO-EGO DURANTE LA PRÁCTICA‘


‘Todo lo que he aprendido durante los veinte años que llevo de monje puedo resumirlo en una frase:
‘’todo lo que surge, se desvanece’’
Monje Budista – Anónimo


Estoy convencido que la mayoría de sensaciones ‘negativas’ que experimentamos en la práctica, son creadas por nosotros mismos, aparecen desde la inconsciencia y están fundamentas o generadas a través de nuestro Ego; podríamos afirmar que son ego-creadas.

Los patrones básicos del ego están diseñados para combatir nuestros miedos más arraigados. Los ‘síntomas’ comunes no son excesivamente difíciles de identificar ya que son desarrollados  a partir de  crear estados de resistencia, control, poder, avaricia, actitud defensiva, agresividad,…  La supervivencia del Ego en nosotros mismos se alimenta precisamente en mantener de forma inteligente alguno (o  todos) de estos estados a través de argumentar y/o justificar cualquier tipo de acción creada precisamente desde el ego, es decir la no-consciencia.

Cuando los egos se encuentran en relaciones personales, profesionales, organismos, etc. Antes o después acaban ocurriendo cosas ‘malas’: situaciones de conflicto, problemas, luchas de poder, violencia física y/o emocional, y así sucesivamente. A todo esto debemos añadir que la continua resistencia del ego acaba por provocar enfermedades, y bloqueos del flujo energético de nuestro cuerpo debido a restricciones que nosotros mismos hemos ‘diseñado y puesto en práctica.

En el momento que tenemos la capacidad de conectar con nuestro Ser y dejamos de estar dirigidos por la mente (residencia habitual del ego), dejamos de crear estas situaciones y lo más importante desde mi punto de vista, nuestra no-resistencia puede hacer eco en terceras personas ayudándoles a reflexionar desde su Ser y no desde su Mente…

Para evitar cualquier tipo de suspicacia, hago un inciso clarificando al tipo de ego al que hago referencia; en este caso me refiero al ego que intenta ‘justificar’ por encima de todo que cualquier acción o situación  que ‘no es de mi agrado’ se genera atribuyendo cualquier tipo de culpabilidad/responsabilidad a personas/situaciones ajenas a mí…   

Cuando permites que el pasado (pensamientos del estilo de que cualquier momento del pasado fue mejor)  o el futuro (generando ansiedad por la consecución de objetivos) oscurezcan el presente, estás permitiendo que el ego tome el control de la situación no disfrutando del momento presente, que como indica la propia palabra, es un regalo.
 Para mí, el AIKI a través de su práctica, es un excelente escenario dónde poder conectar con esta sensación y aprender a ‘escuchar’ desde el ser y no desde la mente (residencia del ego).

Durante la práctica, cuando vives en una aceptación total de lo que es, es cuando realmente puedes acabar con todos los conflictos del momento y posiblemente de lo que está por venir…Los Ukes ni siquiera pueden entrar en conflicto contigo por más que lo intenten. Su misión y objetivo es intentar generar esta situación de conflicto; de hecho es su trabajo y papel.

Al igual que en la vida corriente dónde siempre se generan situaciones que te intentan desplazar de tu centro debido ‘beneficio propio’ que irán en tu ‘contra’. Durante la práctica del AIKI, tienes la oportunidad de coger consciencia de tu Ser para poder experimentar la práctica del No-ego.

Resistirte  implica identificarte y posicionarte con tu Mente, ya sea a través de una respuesta agresiva o no; el hecho es que se genera conflicto. La aceptación total de la situación, del ataque, de este conflicto que se ha generado, cesa en el momento que eliminas cualquier expectativa en relación a imponer nada desde tu mente.
Páusate, observa qué está ocurriendo sin que ello implique renunciar a tu libertad; ahora tienes la capacidad de generar una situación en la que no existe ‘defensa’ ya que has provocado que el ataque se desvanezca…        


Joan Rubio Mulero
MUSUBIKAI AIKIDO BADALONA






martes, 25 de agosto de 2015

EL ARTE DE LA ESCUCHA...


‘Forma es vacío, vacío es forma’ Sutra del Corazón


En muchas ocasiones en la práctica y durante el encuentro con Uke, a pesar de que intentamos estar centrados en la escucha de la otra persona para evitar provocar cualquier reacción o movimiento que altere su intención original en el ataque o confrontamiento, nos limitamos a escuchar con la mente exclusivamente.

Esta acción provoca en la mayoría de situaciones alejarnos más de nuestro principal objetivo; esperamos ‘algo’ a partir de una acción provocada y forzada. Esto genera una amarga sensación de ‘frustración y desaliento’.

La escucha la debemos centrar con todo nuestro cuerpo y todos nuestros sentidos; de esta manera podremos observar lo que ocurre también en nosotros mismos. La búsqueda del silencio durante la acción para dejar que el sentido de la escucha se agudice [prestar atención al silencio externo, crea silencio interno: la mente se aquieta…]

Esto aleja nuestra atención del pensamiento y crea un espacio tranquilo que nos permite escuchar sin interferencias mentales: estamos dando espacio a Uke, espacio para que actúe con la mayor naturalidad posible, espacio para ser.

En la mayoría de ocasiones no sabemos escuchar porque casi toda la atención está ocupada por la mente; prestamos más atención a nuestros propios pensamientos que a lo que Uke nos ‘está diciendo’…

La mayoría de las relaciones humanas consisten principalmente en la interacción de unas mentes con otras y no en seres humanos que se comunican, que están en comunión, que mantienen un diálogo a través de su ‘ser’, lo que conlleva a desarrollar una escucha poco sensible y un tanto superficial basada exclusivamente en el raciocinio.

Si somos capaces de abrir este canal (el del ‘ser’), concentrándonos simplemente en  estar presentes y sentir con toda nuestra presencia,  emociones que nos han sido otorgado por naturaleza desde que nacemos y que con el tiempo vamos anulando, en vez de intentar entender y/o asimilar intelectualmente, seremos capaces de ‘arañar’ aunque sea por pequeños instantes parte de nuestra existencia a través de una escucha ‘total’.

 A partir de este punto nace la total atención, la atención marcial (bushi), la atención basada en el amor total también. La forma que elijamos relacionarnos desde aquí, sea cual fuere la opción dependerá totalmente de nosotros, pero sea una u otra será real y sin vacilaciones…

Este es para mí el principio de nuestra práctica, este es para mí el principio AIKI…




 Joan Rubio
Musubikai Aikido Badalona

-    Fuente de referencia basada en textos de  Eckhart Tolle  -



domingo, 23 de agosto de 2015

EL ARTE DE HACER CAMINO

Caminante, no hay camino, se hace camino al Andar’ Antonio Machado


Durante todos estos años que llevo en la andadura del BUDO, más de 40 de los cuáles casi treinta ya como profesional, he tenido la gran suerte de poder compartir mi forma de entender el AIKI en diferentes lugares casi siempre alrededor de una misma zona o población.

Tener la oportunidad de practicar y difundir en diferentes lugares es una experiencia enriquecedora tanto por la gente que se conoce como por la cantidad de ‘energías’ que te vas encontrando de las cuáles siempre se aprende mucho, en lo positivo y en lo no tanto; no obstante todo sirve ya que de ello se va forjando aprendizaje…
También es cierto que este recorrido es poco satisfactorio debido a que en la mayoría de ocasiones todo cambio provoca mucho ruido, y con el ruido pérdida de estudiantes que por un motivo u otro se apean en un punto del camino inacabado,  por lo menos para mí…

En todo caso, desde la última década he ido desarrollando cada vez  y de forma más intensa el deseo y sueño a la vez de encontrar un lugar dónde poder llevarlo a cabo de forma exclusiva a través de tener un Dojo propio.

Si nuestro destino o los pasos que demos en el futuro requieren tanta atención que se vuelven más importantes que los pasos  que estamos dando ahora mismo, perdemos completamente el propósito interno de nuestro viaje, que no tiene nada que ver con dónde vamos o qué hacemos y sí cómo lo hacemos.

Poco tiene que ver con el futuro, sino con la calidad de nuestra conciencia e implicación en este momento. El propósito externo pertenece a la dimensión horizontal del espacio y del tiempo; el propósito interno involucra una profundización en nuestro Ser, en la dimensión vertical del ahora intemporal.

Nuestro camino externo puede tener un millón de pasos y sin embargo nuestro camino interno solo tiene uno: el que estamos dando ahora mismo, al igual que la resolución de un ataque y/o confrontamiento: es único y eficiente en ese momento y no en otro…

A medida que nos hacemos más conscientes de este único paso, nos vamos dando cuenta de que contienen todos los demás, incluyendo el punto de destino. Entonces este paso se convierte en una expresión de la perfección, un acto de gran belleza y calidad.

Esto es al mismo tiempo el propósito y la culminación de nuestro camino interno, el camino hacia nosotros mismos…

 El camino [DO] se hace, no se alcanza…Maestro y el discípulo, juntos, crean el camino y la enseñanza…

 Joan Rubio
Musubikai Aikido Montseny

-    Dedicado al actual grupo de práctica MUSUBIKAI AIKIDO MONTSENY  -


martes, 20 de enero de 2015

AMPLIAMOS HORARIOS Y CLASES...


ATENCIÓN: Modificación en los horarios ...

Clases todos los días, mañana, tarde y noche.

De la misma manera, hemos incorporado un nuevo tipo de práctica basado en el A2F Concept

Con ello queremos llevar a cabo una práctica Aiki, en la que como bien  dice la propia palabra, el objetivo es intentar recuperar la 'raíz de los movimientos' Aiki, y es que todo pasa por algún motivo...

Una visión del Aiki libre y abierto en busca de nuevas formas y planteamientos. Creo que no nos podemos cerrar a la evolución natural del BUDO ...

En todo caso si queréis probar os espero...